miércoles, 4 de agosto de 2010

Día 1: Travesía a las antípodas! (parte II)

Una vez llegué a la estación del tren que debía coger desde la terminal 2 de Narita busqué en donde comprar un billete. Aquí empezaba lo bueno, sacar a relucir mi japonés errumbriento. Me acerqué a un mostrador de venta de billetes y la chica que me atendió me contó que había dos maneras de llegar al centro de Tokyo. Una era mediante el tren local (que pasa por todas las paradas y va más lento) y la otra manera es con un tren rápido (ojo que no es el Shinkasen). Este último se llama Skyliner y la línea que trabaja es Morning liner. Compré el billete (1,250 yenes/10 € aprox.) una clavada. En Japón el transporte es carísimo.

Esto se debe a que ya de por si es caro, pero además son varias las compañías que tienen transporte en Tokyo, como la JR o la Keiou. Al cambiar de línea no te hace trasbordo. De ahí la clavada que me dan diariamente. T_T

Bueno, seguí mi camino hacia el andén en donde tenia que subir al tren (más perdido que yo que se). Pregunte a uno de seguridad que por donde se iba al anden, me dio unas indicaciones que al rato por estar pendiente de no perderme, olvidé con facilidad. Volví a preguntar a otro de seguridad y me dio de nuevo las indicaciones (en Japón a menos que seas un crack, te pierdes fijo). Tieso como una piedra o como dice Edu, “cagado de incertidumbre”, finalmente encontré el andén que me correspondía. Con los ojos como platos, no por fliparlo en colores si no por no perderme, me subí al tren, deje el equipaje en una zona acotada de la parte trasera del vagón y busque un asiento.

Se sale el tren porque los asientos se giran, pero debido a que siempre va por el mismo carril en dos sentidos y al llegar a un extremo los giran. Lo flipé con lo moderno que era el tren, a parte de los enchufes que tienes en el suelo para conectar tu pc o lo que sea. Supongo que en Madrid tbserá así, pero yo nunca lo he llegado a ver.

Durante el viaje iba boquiabierto con el paisaje, aunque solo disfrute de el 5 minutos, el resto del tiempo trataba de no perderme. Las casitas tradicionales, los ríos, los campos totalmente verdes, los cementerios, aquello era todo totalmente nuevo.

El tren llegaba hasta Nippori y una vez ahí cargaba con la maleta hasta el trasbordo con la compañía JR, que poseía la línea Yamanote (una línea circular que conecta los barrios más importantes del centro de Tokyo como: Shibuya, Shinjuku, Harajuku, Akihabara, etc). Una vez hecho el trasbordo, me tocaba bajarme en Shinjuku para buscar la oficina de Sakura Hotel. La agencia de alquiler de estancias en Tokyo. Salí por la puerta oeste de la estación de Shinjuku tal como me decía el mapa que traía de Tenerife en la mano, casi no la encuentro, me perdí bastante (leyendo cartelitos por todas partes).

Una vez fuera, con poca convicción me dirigí a las oficinas. Era caminar en línea recta por la misma calle a la que da la salida de la estación.


Vista de una calle de Shinjuku desde las escaleras de acceso a el centro comercial Lumine


Tal como parecía fue fácil llegar. Subí al cuarto piso...”oh shit! Aquí no era...sumimasen, sumimasen”. Salí del ascensor abarrotado de japoneses y baje dos plantas, a la 2ª. Aquí es, entre y enseguida me capiscaron. Una de las chicas me vino a atender y nos sentamos en una mesa. Allí conversamos largo rato y sacó unos papeles para que yo firmase (el contrato del alquiler), luego me explico varias cosas sobre la convivencia, el como reciclar los desechos, etc. Llamé a Cynthia que me dijo que me acompañaba a buscar mi apartamento y vino a la oficina. Mientras ella me esperaba yo tramitaba el pago restante del apartamento.

Antes de viajar pagas una parte, después la otra parte la pagas en el sitio, bien en efectivo o bien por tarjeta (no se puede pagar con cheques de viaje).

Allí conocí a otro de los empleados de Sakura Hotel llamado Richard. Se ofreció para que contactara directamente con él si surgía algún problema con el piso.

Una vez cerrado el contrato y con las llaves del apartamento en el bolsillo Cynthia y yo nos dirijimos a Shouin Jinja Mae, en donde se encontraba mi estancia. Medio perdidos, nos costo su debido tiempo llegar a donde era. Subimos a la línea Keiô y luego nos bajamos en Shimotakaido para hacer el trasbordo en dirección Sangenjaya.

Una vez nos bajamos del tren, un tren local pequeño de tan solo dos vagones, nos orientamos con otro mapa que indicaba la dirección del piso desde la estación de tren en donde nos encontrábamos hasta este. Nos echamos a caminar (aunque fuimos por otro camino, gracias a dios paralelo) y nos incorporamos en la siguiente calle correctamente. No sabia si era muy lejos caminando o no, luego calcule que se tarda unos 10 minutos.

Llegamos medio orientándonos por los edificios y finalmente por una foto vimos que habíamos llegado. Nos encontramos con el casero y uno de los inquilinos de palique en la puerta. Por las pintas nos situaron enseguida: “ya llegaron!”. El casero paso con nosotros y nos enseñó rápidamente el apartamento. También nos enseñó donde se tira la basura y donde están los baños. Luego volvimos al piso y nos dejó para que yo soltase las cosas y me instalase.

Con todo esto a mi me dieron las 2 y media de la tarde. Tomé tierra a las 8 y media. Entre papeleos y trasporte se me fue la mañana, vaya pesadez, pensé que nunca llegaba al piso. Ahora si...finalmente podía decir con toda seguridad y poniendo el grito en el cielo:



ESTOY EN TOKYOOOOO!!!!!!!!!! YIIIIIHHAAAAA!!! :D



El sueño por fin cumplido! Una cosa que borrar de la lista de “Cosas que hacer antes de palmarla”. Hahahahaha


Mi primera cutre-comida en Tokyo (onigiris y jugo de mandarina)

Espero que les haya gustado lo que voy publicando! :)



Ja neee!!! Minna! ^_^

1 comentario:

  1. Helloooo!!!!! Genial!!!!!!
    Una cosa menos, pero todavía queda aventura!!!!!!
    Segurito que te va bien, guapetón, Sigo leyendo tu Second Day!!!!

    Un besote!!!
    Mónica (Nicky)

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