miércoles, 15 de septiembre de 2010

Día 15: Harajuku y Shinjuku.

Hoy domingo, dispuesto a encontrarme con las gothic Gothic Lolitas de una vez por todas, me levanto por la mañana y me preparo para ir a Harajuku a retratarlas. Son las 10 de la mañana y tengo un sueño que me caigo. Anoche me quedé demasiado tiempo viendo doramas y anime.

Después de desayunar y prepararme para salir, me dirijo a coger el tren. Como todas las mañanas, es hora punta y la gente se amontona en los vagones. Después de tantos trasbordos, acabo en Harajuku, el barrio “gótico” de Tokyo. En lugar de salir por Takeshita, salgo por otro lado más próximo al puente.

Una vez me echo a caminar todavía no había rastro de lolitas por ningún lado, a pesar de haber visto muchas en el tren. Sigo avanzando y que me topo? UN DESFILE DEL ORGULLO GAY!! O_O Dios mío, esto cada vez es más bizarro. Una fila organizada con camiones que llevan la música a toda pastilla e hileras de drags.


Desfile del orgullo gay en Harajuku


Un desfile larguísimo

 
Tras esto, decido subir a un puente peatonal para verlo todo desde arriba con mejor perspectiva. El desfile no parecía acabar nunca y las banderas multicolor se veían por todas partes, mientras que algún japonés del desfile gritaba: “Aishiteruuuuu minnaa!!” (los quiero a todos). Era una imagen un tanto chocante, puesto que es un tema sobre el que suelen preguntarme mucho al venir. El tema de cómo se lleva la homosexualidad en Japón, un país con tanta represión sexual. Realmente, lo poco que he visto por la calle se lleva con naturalidad. Y aunque es verdad que Tokyo es otra historia, debido a que es una ciudad muy grande en donde la gente va mucho a sus asuntos y no se para demasiado, éste tema no está tan encubierto.

Hubo una época en la que Japón vivió la homosexualidad con mayor aceptación que ahora, inclusive hay películas que lo relatan. Pero en la actualidad a niveles generales, la sexualidad se lleva bastante acallada. Esperemos que con las nuevas generaciones eso se cambie un poco. No como algunos ancianos, que creen que los blancos venimos todos de Estados Unidos. XDD


Vista del puente


Desde el puente peatonal me limite a sacar fotos y grabar algún video sobre el desfile. Más tarde me fui a echar un vistazo a las tiendas góticas de la calle Takeshita y entrar en alguna que aún no había visto como en Gothic Child, encima de Richärds. Es impresionante el número de tiendas que se reúnen en una misma calle, más de 10 conté.


Closet Child y Richärds

 
A todas estas yo me estaba cayendo de sueño pero me negaba a irme tan pronto, cerca de las dos de la tarde empecé a buscar un lugar en donde comer, este fue Tendon. Un garito de tempura que se sitúa en la entrada de Takeshita pero que no se ve a simple vista, está al fondo de una galería. Me comí un cuenco grande de tempura con arroz (cossa buena) y me hinché a agua. Este día tampoco perdonaba, hacía bastante humedad y el sol rajaba las piedras.

Tras el atracón a comida me fui al puente de nuevo a ver si había rastro de Gothic Lolitas por alguna parte y tampoco. Resulto haber un chico tocando el bajo con música puesta de fondo y muy motivado. Tocaba bien y le grabé algún video y le saqué fotos. Dio espectáculo para rato e hizo alrededor de él un corrillo de curiosos espectadores, algunos otros pasaban de largo, pero aminoraban su marcha para ver que tanto veía la gente. Yo me quedé por ahí cerca de veinte minutos.


Bajista


Después de tanto estar por los alrededores del puente, me cansé y decidí irme de ahí. Cogí la Yamanote Line de nuevo y me bajé en Shinjuku para dar una vuelta y verla detenidamente. Anteriormente no había tenido oportunidad de ir a mi bola. La primera parada fue un centro de ocio (el que se llama GAME, que sale en muchas fotos que he sacado). Allí me fui a echar un Mario Kart (que tanto le gusta a Luismi y que siempre me insiste en jugar, tio pesado... ¬¬). Luego probé otros juegos como el simulador de Gundam, que es una pasada. Consiste en una cabina en la que entras, te sientas y tienes toda una pantalla que te envuelve y dos joistycks para manejar tu robot. Está tan bien ambientado que parece que estás dentro de uno y todo. En este juego los japoneses se amontonan para jugar a guerras entre equipos. Realmente tiene que generar mucho dinero esta atracción.

Para los que no lo sepan, Gundam es un conjunto de series producidas desde 1979 y padre de todos los mechas (palabra utilizada para referirse al género de robots dentro de la industria del manga). Muchas otras series famosas salieron psoteriormente, como es la últimamtente conocida serie Transformers, que nadie hablaba de ella hasta que pusieron a una tia buena en la pantalla y explosiones.


Recreativa de Gundam


Una vez salí del centro de ocio, me dediqué a pasear sin rumbo, a donde me llevasen los pies. Fue después de un rato caminando, que caí en la cuenta de que cerca de donde hacen el ramen que tanto me gusta, hay una tienda de música dedicada al visual kei. Me dirigí a ella para echar un vistazo. No era una tienda enorme, mas bien pequeña, sobre todo si la comparas con las de Shibuya, pero toda ella dedicada al mismo género la hacía muy valiosa. Allí vi música de grupos que ni conocía, otros discos de grupos que sí conozco y sus últimos trabajos, como el single de Exist Trace, Knife. Los discos de: Moi Dix Mois, Versailles, Dir, Blood, Malize Mizer, Suicide Ali, etc.


Tienda de música Pure Sound


Libro ilustrado de Mana-sama

En la sección de Exist Trace, no hacía más que cogerlos y ojearlos, con la idea en la cabeza de comprarlos. He de decir que la tienda esta, a parte de estar dedicada únicamente al Visual Kei, también tiene mejores precios que las de Shibuya. Mientras en Tower Records (Shibuya) te clavan 3,500 yenes por Noble de Versailles, aquí te costaba 1,000 yenes más barato.


Ambivalent Symphonye y Vanguard de Exist Trace (uno de mis grupos favoritos)

 
Como en todas las tiendas de música, se busca por letras, en este caso por el silabario hiragana. También tienen una sección de merchandising, con libros, camisetas, posters, etc. Otra con videos de los live y vinilos. Está muy bien la tienda, espero que dure muchos años para volver a ella cuando regrese a Tokyo.

Debo decir que no me resistí mucho a comprar dos cds de Exist Trace. :D

Después de visitar la tienda y de desvalijarla de carteles que publicitan grupos, conciertos y festivales (cosa que agradecerán las muchachicas cuando vuelva). Me piré rumbo a mi casa, cogiendo la entrada este de la estación de Shinjuku. Me quería parar a grabar algunos videos de las calles de Shinjuku, ya que Edu siempre me insiste en: “¡Tio, graba videos, quiero saber como se oye Japón!”. Hahahaha Y razón que tiene de sobra. Así que me paré a la salida de esta a grabar un rato.


Calle de Shinjuku



Cruce en Shinjuku y Don Quijote (famosa cadena de bazares)


Después de hacer esto ya me adentre en la enorme estación de Shinjuku y cogí la ruta habitual para regresar a Shôin Jinja Mae (mi barrio). Zona pijilla, de tienditas y ventas entrañables a la par. A pesar de lo caro que me resulta llegar, me encanta la vida de este lugar, es tranquila, además de que encuentro todo lo que quiero ahí.

Bueno, esto es todo lo que dio de si el día 15 y aún no he escrito ni la mitad de las entradas del viaje. Este día llegué hecho una piltrafa a casa, me duche y me hice la zancadilla sobre el futón.

 
Espero publicar las entradas con más frecuencia, que estoy de un vago que me puede... ^^U



Hasta la próxima, que no decaiga el blog!! :D

jueves, 9 de septiembre de 2010

Día 14: Actividades de la academia

Llevo varios días sin publicar nada, entre la llegada y el día que pasé en Madrid viendo a mi hermano no he tenido oportunidad de seguirlo, pero aquí está!

En el décimo cuarto día del mi estancia en Tokyo tocaba hacer una actividad en la academia impartida por los profesores, me explico.

Al comienzo de las clases, el primer día para ser exacto. La profesora Michiko nos repartió una hoja con una serie de actividades en las que uno puede hacerse participe pagando una cantidad. Ésta varía según la actividad, hay unas más caras y otras más baratas. La que yo elegí era de caligrafía. La escogí pensando en una actividad paralela al idioma, es decir, que tuviese relación. Y costaba 1,500 yenes (como unos 13 €).
Habían otras actividades como ceremonia del te o hacer sushi (esta ultima bastante cara). Y de la única que me quedo pena no apuntarme fue la del taiko (gran tambor), que consiste en tocar tambores tradicionales mientras se danza (típico de las fiestas japonesas). Que según se por un chico taiwanés que se apuntó, fue muy divertido. Ensayaban dos veces y actuaban en la calle con los atuendos. Yo me cruce una de estas actuaciones los primeros días en Shinjuku y se ven muy divertidas ahí, gritando y tocando el tambor a lo kabuki, con gestos y posiciones que parecen artes marciales. ^^

Hoy, en el supermercado que hay bajo la escuela, compre dorayaki. La comida favorita de Doraemon. Tienen varios tipos de rellenos y el que yo compré era con miel. Estaba muy bueno!


Dorayaki


Esa mañana, el tema iba sobre conversaciones telefónicas y el ejercicio del final del tema consistía en llamar a algún lugar de la lista de teléfonos que repartía la profesora y pedir información. Es decir, llamábamos a un museo o exposición y preguntábamos cosas como el precio, como se llega en tren o cuanto cuesta para una persona. Vamos las típicas preguntas que hace uno cuando quiere informarse. La historia es que el ejercicio no era entre compañeros, si no nos daba teléfonos móviles y llamábamos a museos. En lo que nosotros los alumnos dijimos: Queeeeeee!!?? Oh my god! Y con valor llamábamos. Al final realizamos la llamada tres, el sur coreano (que por trabajo en japón domina el tema sin problemas), la escocesa y yo (en una mezcla de osadía e ignorancia). He de decir que nos colocábamos en parejas y uno llamaba. Y mi compañera como que no se atrevía, así que llamé yo. Entre los nervios no lograba escribir bien, así que le ordene a mitad de la llamada a mi compañera que escribiera ella y yo le dictaba. Al final salió todo bien la verdad. Conseguimos la información necesaria y me despedí del recepcionista formalmente. ^^

Después de las clases, ese día salimos puntual (a la 1) y me reuní con Cynthia y sus amigas para ir a comer algo por ahí. Fuimos a un italiano (lo se soy un pecador, estoy en Japón y me voy a comer a un italiano...no comments). Tras almorzar me quedaba aun tiempo para ir tranquilamente a la academia, pues habíamos comido cerca de ella, en la misma calle vamos, unos 100 metros en dirección a la estación de tren. Y la actividad empezaba a las 14:00 y duraba una hora, cosa que averigüé sobre la marcha. Poco tiempo evidentemente.

Una vez allí, la actividad se impartía en una de las aulas de la academia dispuesta con las mesas en “U” y empapeladas de periódicos. Habían personas de todos los grupos y entre ellas una chica, cuyo padre es un japonés que ha vivido durante 20 años en Mayorca y allí da clases de japonés en una academia llevada por él. Hablaba fluidamente el japonés y era muy simpático. Calculo que tendría alrededor de unos 55 años y jamás supe el nombre, debería habérselo preguntado y agregarlo al Facebook. Mientras hacía la actividad hablaba con él en español y le contaba de donde soy, a lo que respondió: “De Tenerife o de Gran Canaria? (…) Buenas playas!”. Manteníamos una conversación muy amena y él me iba explicando cosas sobre la caligrafía.

Al comienzo, nos dismonian unas piedras y el carbón para mezclarlo con el agua y raspar hasta ir tiñendo el agua (procedimiento normal). Cuando estuviese saturada se daba por buena. Una vez mezclada la tinta, que se tarda un poco, cogíamos tongas de periódicos y la profesora explicaba como coger el pincel. Y también en la postura que ha de ser usado (verticalmente sin inclinarlo). También la posición del cuerpo ha de ser correcta, bien sentado y con las manos colocadas de cierta manera. Es todo un ritual y una técnica desarrollada desde hace siglos.

Una vez estábamos todos listos, la profesora comenzaba a dibujar trazos para que practicáramos con la tonga de periódicos que teníamos encima de la mesa. Ella hacía uno y nosotros lo repetíamos durante un rato, tras esto cambiaba a otro y así. Los japoneses usan una única tinta (negra) mientras que los chinos usan más. Los pinceles varían en tamaño según el interés y el formato, y los precios también van desde lo más barato hasta lo prohibitivo.

Más tarde, repartió unas hojas de papel de arroz y con unas libretas con kanjis que previamente había repartido, nosotros elegíamos uno y lo tratábamos de repetir. Al rato cambiábamos de motivo y volvíamos a practicar.

Después de tanto practicar, traían unos cartones forrados y decorados con un borde dorado, más para una presentación definitiva. Yo elegí el ideograma (llamado en japonés: Kanji) de mar. Y una vez practicado previamente, al final de la hora lo escribíamos. Y luego poníamos nuestro nombre en una esquina en pequeño.


Taller de caligrafía


Tras una hora en la que no aprendes nada, si no que repites una acción una tras otra sin explicación previa entregas lo que has hecho y más adelante te lo entregan. Al salir, me encontré a Cynthia que le tocaba la misma actividad pero turno distinto y me dirigí a la estación de camino a casa. Hoy tocaba estudiar lo aprendido en clase.

Me volví a cruzar con el señor japonés. Y nos despedimos, yo me fui por la ruta habitual. No sin antes visitar en condiciones la ermita (por llamarla de alguna manera) shintoísta. Por la cual el barrio en donde vivía, recibe el nombre: Shôin Jinja.


Entrada a Shôin Jinja


Muy pequeña, con una fuente en la que me refresqué (eran como las 4 de la tarde) y por otros lados estatuas y omikuji. Muy acogedor el lugar. En pleno verano, los árboles se llenan de insectos que llenan de sonidos, a veces ruidos, las arboledas. El típico ruido de fondo en una escena de colegiales en un anime. Era curioso pararse a escucharlo.


Fuente de agua


Después de ahí, me fui de vuelta a casa para ponerme a estudiar. Ya quedaba menos para que se acabasen las clases.


Esto es todo lo que dió de si el día catorce...Próximamente una entrada nueva!


Ja..mata kondo!! :)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Día 13: Ichigaya

Viernes 13 de agosto...uuuhhhh! No pasó nada, por ser viernes 13. Sigo vivo...o eso, o publico esta entrada desde el más allá. Sobrecogedor cuanto menos, querida Carmen...

Después de esta ida de pelota, sigo con lo que toca. Hoy Cynthia me había dicho de visitar las oficinas del Instituto Cervantes en Ichigaya. Por la mañana nos reunimos en Shinjuku para coger la Toei Shinjuku line, el metro que nos deja en el centro de la ciudad y que se encuentra más próximo a donde nos dirigimos.

Después de la academia, fuímos con unos compañeros a comer por ahí cerca. Ésta vez tocó comida coreana. Mirando el menú, vi un plato (cuenco en éste caso) que tenia un buen aspecto. Con verduras, sésamo, huevo y arroz. Éra caliente y te lo servian mientras aún chisporroteaba. Antes de eso, te ponían unos entremeses e ibas picando. A cual más raro y malo de sabor. Después cuando le hinqué el diente al plato que había pedido. Me juré que esa era la última vez que tocaba la comida coreana mientras estuviera en Japón. Por dios...que cosa más mala de plato. Encima la mesa era de las bajas en donde te sientas y metes los pies en un hueco, pero aquello era estrecho, para mí y para cualquiera. Madre mía que almuerzo...

Entremeses



El plato (dios...es verlo ahora y regañarme todo)

Una vez allí nos echamos a caminar un buen rato. Las indicaciones eran encontrar una gasolinera que hiciera esquina, ésta se encuentra al lado del instituto. Pero tras mucho caminar, por allí no había gasolinera por ningún lado. Efectivamente, hemos venido por donde no era. Cynthia me miro y dijo: “Esto no lo publiques en tu blog”, mi cara decía: “Tú sabes que lo haré”. Y aquí está. XD

Allí me dijo que en la universidad Reina Sofía, hay un museo y que podíamos visitarlo. Pero le pregunté a un japonés que se encontraba cerca y ni idea tenía. Nos dimos media vuelta y regresamos a la estación.

Una vez allí revisamos el mapa que se hizo Cynthia y fuimos por el lado opuesto. A todas estas, allí estaba cayendo un palo de agua de los buenos y nosotros sin paraguas. Era para vernos, encharcados hasta la médula.

Una de las tantas gasolineras con el surtidor en el techo


Desde la estación de Ichigaya hasta la gasolinera era todo línea recta. Así que no hubo problema, la encontramos con facilidad. Pero para nuestra mala suerte estaba cerrado por vacaciones hasta el día 20 de agosto. Así que tocará acercarse otro día.

De regreso a la estación de tren, la lluvia no perdonaba y nos hizo llegar empapados. Por el camino paraba de vez en cuando. En una de esas paradas le saqué una foto a la central de la emisora de televisón Nihon TV. Una de las más importantes junto con NHK y Fuji TV.


Sede de Nihon TV



Vista de Ichigaya desde la estación


Una vez llegamos, nos decidimos a ir a Shinjuku a por un Starbucks. Nunca había ido a uno, ya que en Tenerife no hay y la última vez que fui a Madrid no pasé por ninguno. Si he de ir por primera vez a un Starbucks, que sea en Tokyo (con nivel). Allí nos pedimos algo, yo que no sabía que pedir, opté por un capuchino y luego lo condimente con mucha canela.


Mi primer Sturbucks (ya podía estar en japonés el vaso al menos ¬¬)


Este Starbucks al que fuimos, se encuentra en la salida terraza sur de la estación de Shinjuku. Viene a dar a un puente peatonal y comparte espacio con una cafetería (por llamarlo de alguna manera) de donuts, en donde ellos mismos los fabrican. Los donuts triunfan entre los japoneses por lo que se ve. Desde fuera puedes ver como se cocinan y van pasando por una cinta transportadora a través de las diferentes fases de elaboración.

Una vez nos tomamos lo nuestro, yo me estaba riscando (falta de sueño). Así que me dirigí desde allí, de vuelta a mi casa. Un día un tanto corto, llegué a mi casa y aunque lo intenté, no pude evitar quedarme dormido con la tele puesta y en mitad del futón. Esto es lo que en japonés se llama: Gussuri suru = Quedarse dormido profundamente.


Hasta la próxima entrada! ^^

Día 12: Tokyo

Por fin! Ya tocaban muchos rascacielos y edificios de grandes empresas, calles interminables llenas de mujeres y hombres de negocios (más si cabe). Tokyo centro y Ginza. Dos paradas antes de llegar a Akihabara si se va desde Shinjuku pasando por Shinagawa en la Yamanote line.

Una vez me bajé en la parada y salí a la calle fue: “Woooooo!”. No tiene nada de oriental salvo las placas en japonés con los nombres de las empresas y los transeúntes, pero me apetecía verlo. Amo el gentío, las grandes ciudades, meterme en el tren cuando no cabe ni un alfiler y aun así sigue entrado gente a empujones, estoy hecho para esto. :D

Primera vista al salir de la estación


Pues cogí una calle que me pareció y me eché a caminar sin rumbo a ver que veía. Iba disfrutando del paseo sin tener ni idea de que me iba a encontrar. Llegando a un cruce, giré a la izquierda y pase por un paso de peatón, veía muchas tiendas y fui a mirar. Pasaba por edificios de Mac, Sony y otras grandes empresas. Muchas tiendas de lujo (cosmética, ropa y complementos). La gente cargada de bolsas de dichas tiendas, mucho turista con cámaras (como moi).

Reloj situado en una pequeña plaza


Una tienda de Apple


Una vez más pasaba por un cruce de los grandes, con pasos de peatón en diagonal y coches que vienen de todas las direcciones y gente apelotonada. Al terminar el cruce, vi de lejos el palacio imperial, cosa de la que me había olvidado porque vine aquí sin saber que mirar, de ahí que me echara a caminar sin rumbo. Así que me dirigí a el.


Un cruce en las calles del centro


Pasé por un lugar muy curioso, un túnel con garitos para comer, cuyas paredes estaban cubiertas de papeles de películas del año de la castaña (como reliquias olvidadas por la gente que no tiene tiempo de pararse a mirarlas). Películas como el Gran Dictador, pero subtituladas en japonés. No sé como ése cartel seguía ahí. Olvidado? O es que la gente en este país es tan respetuosa que ni lo ha arrancado? Así como éste habían muchos otros carteles históricos.

Cartel de dicha película


Tunel retrospecter

 
Ya habiendo cruzado el túnel (y no puente...como dicen unas que yo me se...el puente va por arriba...el túnel por debajo... ¬¬). Me dirigí al palacio imperial. Residencia de los emperadores japoneses desde hace algunas generaciones. Actualmente es Hirohito el poseedor de dicho trono. Su sucesora es una niña. La hija del príncipe Naruhito y de ahí toda la polémica ante la situación de no tener sucesor varón, ya que la ley excluye a las mujeres de la sucesión. Aunque en la historia sí ha habido emperadoras.

Llegando a los terrenos del palacio, lo primero que asombra es la enorme extensión de éstos. Cuenta con 3,41 kilómetros cuadrados (341 hectáreas), tan grande como central park. Al llegar al límite de los terrenos, lo primero que nos encontramos es con un gran foso en donde palmípedos campan a sus anchas. Un lugar infranqueable y más en anteriores épocas. Que más que el palacio imperial parece una fortaleza. Ésto se debe a que en el periodo Edo, era un castillo y la familia imperial se traslado desde Kyôto.


Una de las murallas rodeadas por el foso


El ave paseando


Lo primero que visité fue la plaza frontal al palacio, en donde se encontraba el acceso a éste y la escultura de Kusunoki Masashige. Kusunoki Masashige (1294-1336) fue un terrateniente que en el año 1331 respondió a la petición de apoyo militar contra los Hojo por parte del emperador Godaigo. Se convirtió en un símbolo nacional porque siempre le fue fiel al emperador. La estatua es un regalo a la realeza.


Estatua de Kusunoki Masashige


Tras sacarle unas cuantas fotos, seguí caminando hacia el acceso al palacio. Llegando allí, me topé con otro canal de agua y el puente que da entrada al palacio. Obviamente está cerrado al público, ya que no es cuestión de aparacerle al emperador: “Oye! Que vengo a tomar café.” Así que me decidí a visitar los jardines, ya que no me dejan pasar los señores policías. XD

Uno de los accesos al palacio

Puente de acceso y palacio imperial


Las extensiones de las calles de la plaza eran enormes y la policia patrullaba en coche. Para llegar de una punta a otra te llevaba al menos diez minutos, aunque jamás lo calculé. Tal era la distancia, que ver la ciudad desde cualquiera de sus puntos, era como observar una maqueta. Una cosa llena de edificios, allá a lo lejos. Unas explanadas muy extensas.

Plaza frente al palacio imperial


La entrada es gratuita y la vista merece la pena, muchas explanadas con césped y algunos miradores. Tampoco me dio tiempo de visitar mucho porque a la la hora que entre, sólo faltaba una para cerrar. Así que me dí un paseillo rápido para ver lo más posible.


Tiquet de entrada

Las vistas hacia el interior del palacio eran buenas. Y la cantidad de murallas y canales se me escapaba. Tienen sala de conciertos y muchos otros pabellones en el interior del palacio. Mucha gente iba a pasar el día en los jardines, ya que te puedes situar por algún lado y sentarte cómodamente a leer relajadamente, eran muy tranquilos los jardines. Un padre con su hijo jugando, una pareja por otro lado, una familia de picnic, etc.


Una de las zonas del jardín


Tras agotar el tiempo en el parque. Salí por una de las puertas (la que me quedaba más cerca) y me fui caminando de nuevo a la estación por la que llegué. De camino, mucha gente haciendo joging y mucho tráfico. Las calles llenas de actividad, típicas del una ciudad importante. Poco a poco me iba acercando a la estación y mis pies estaban ya que echaban humo. De nuevo, tocaba coger la linea Yamanote (como es costumbre) y los sucesivos trasbordos que me esperaba.

Vista desde el puente de salida


No recuerdo la hora exacta de llegada a casa, pero serían las 7 aproximadamente. Después de tanto patear bajo el sol abrasador y notar como las All Stars se derretían sobre el suelo, la ducha me esperaba. Hasta mañana no pretendía visitar nada más. Caí por la noche en el futón echo un fiasco. Que bien se duerme sobre el tatami y el futón (L).


Bueno, hasta la próxima publicación muchachada! :D


Espero tener tiempo para ir publicando con más frecuencia y perdón por esta larga espera, no he tenido mucho tiempo. ^^U


Ja ne!! ^^

miércoles, 25 de agosto de 2010

Día 11: Yokohama

Ya a a día 11 de Agosto, me propuse conocer Yokohama. Es el mayor puerto del país. Su extensión es de 437 km², y desde una punta del puerto, cuesta divisar la otra (hay 25 kilómetros aproximadamente). Se encuentra en la prefectura de Kanagawa y es la segunda ciudad más grande de Japón, después de Tokyo.

Foto satelital de Yokohama marcando sus limites con una línea azul (foto cedida por Luismi Co. Ltd)


Tras acabar las clases, fui con los compañeros de la academia a comer algo por ahí cerca. En el restaurante nos pedimos katsudon. El katsudon es un plato tradicional, que consistente en un bol de arroz cubierto con una chuleta de cerdo frita (tonkatsu), huevo y especias. Otro plato a recordar, cosa buena que está! *_*

Katsudon, arroz, sopa miso y vegetales para añadir


Una vez comimos, cada uno se fue por su lado. Cynthia y yo (y Luismi detrás corriendo mientras gritaba: “¡espérenme!”) nos dirigimos a coger la Shônan Shinjuku Line, que nos deja en Yokohama. El viaje no era largo, creo que se tarda entre 30 y 45 minutos en llegar.

Una vez allí salimos por una de las puertas no habituales. Ya que si lo que se quiere hacer es llegar al puerto, se va por una serie de túneles subterráneos llenos de tiendas que vienen a parar cerca del mar. Pero por el camino que fuimos, atravesamos a pie parte de la ciudad viéndola de paso. Conforme nos acercábamos a la bahía, los edificios que estaban pegados a esta, levantaban unos puentes peatonales para poder cruzar de un lado a otro y caminabas por cintas transportadoras.

Vista desde los puentes peatonales

Uno de los puentes atraviesa la sede de Nissan, en donde tenían una exposición de los coches que venden actualmente. Y: Oh sí! Ahí estaba esperándome, el Nissan Skyline GT-R 35!! OMG!! bajé las escaleras mecánicas y me acerqué para verlo, tocarlo y subirme en el. Después de sacarle veinte mil fotos al exterior y de esperar a que unos japoneses se bajasen, me subí a el. Y es tan flipante el interior como el exterior.

Sede de Nissan

Exposición de la flota Nissan

El reencuentro con el Skyline

Interior del Skyline


Después de babearme un rato, me fui a ver los demás coches que estaban expuestos. Es curioso ver como aquí, la tecnología del automóvil va años por delante, que aquí uno de la gama más baja, te trae GPS incorporado. Aún no he visto uno que no lo traiga. Eso a parte de muchas otras cosas que incorpora el vehículo. Por otra parte, coches de Nissan como el March, traen asientos que giran, para que sea más fácil incorporarse al interior de el. De detalles como éste, están llenos los vehículos japoneses.

Asiento giratorio del Nissan March


Una vez vista la exposición, seguimos con nuestro camino hacia la bahía. Atravesamos calles y calles, y a nuestro paso veíamos cosas como un campo de fútbol del equipo local en donde entrenaban cadetes o un recinto ferial (lo que de éste primero vimos la parte posterior, por la ruta que tomamos).

Recinto ferial Pacific Yokohama


Llegando al parque que se encuentra al borde de la bahía, ya empezamos a ver mar. Hacía un sol que rajaba las piedras y las máquinas expendedoras se convertían en los oasis en medio de tanta explanada. Llegando allí, empezamos a ver mar por fin.

Parque al borde de la bahía


Las costas de Yokohama están plagadas de medusas, se ve casi tanta medusa como agua. Son de pequeñas dimensiones y blancas. Se las comen las tortugas, pero allí no vimos ni una. Habrán muerto por empache. XD

Agua llena de medusas

Siguiendo más adelante vimos un hotel con forma de vela, una noria gigante con una montaña rusa y varias atracciones. Allí, con carácter permanente, hay un parque de atracciones instalado, que en verano se llena de visitantes. A lo lejos se oían los gritos de las japonesas acojonadas. En plan: Kyaaaa!! xD


Muelle con el hotel de fondo


Noria y montaña rusa

Seguimos el borde del muelle para ir a un lugar a lo lejos que había señalado Cynthia. Pasamos por un centro comercial con forma de hangares del siglo pasado. Debían haber sido reconvertidos en centros de ocio, que estaban llenos de visitantes, familias y jóvenes parejas.


Centro de ocio

Más adelante nos íbamos acercando al punto señalado. Éste es un moderno puerto que recibe embarcaciones de todo tipo, incluyendo barcos que realizan cruceros transcontinentales. Era de una estética muy cuidada y su techo era un parque con bancos, zonas de césped, mirador y bar. Desde el mirador se apreciaba perfectamente toda la longitud del muelle y el puente colgante del fondo (para atravesar la bahía). Las vistas al interior eran muy buenas también. Se veían los edificios importantes, la noria, el centro de ocio y el hotel.

Parte superior del puerto


Puente colgante que une la bahía de Yokohama


Vista del muelle de Yokohama desde el puerto


Con todo esto, nos habían dado las 5:25 de la tarde y si para llegar hasta el mar, es una buena pateada, para volver era más o menos la misma. Pero esta vez atravesamos el puente subterráneo para llegar a la estación en donde coger la Shônan Shinjuku line.

El parque y las grandes empresas


La verdad es que fue uno de los días que más he caminado. Tanto es así que subtitule al puerto de Yokohama como: “El puerto sin fin”. Me pareció y es, enorme. Muy interesante y amena la visita a este lado de la bahía.

La hora de llegada entre un tren y otro, fue a las 8 de la noche aproximadamente. Llegué a casa, cené, coloqué el futon y me hice la zancadilla (calculada) para caer del todo. XD Luismi llegó quemado como una moto, que ni cenó. Se acostó directamente. hahaha



Espero que les haya gustado esta entrada. ^_^



Gracias a todos por leer este blog!! Cada vez hay más seguidores. :D Que no decaiga el nivel! hahahaha
 
 
Hasta la próxima publicación muchachada!!
 
P.D: Sigan el blog paralelo al mio, pertenece al dvd de extras. El viaje a Tokyo visto desde otra forma! :D
 
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